Sanbrandán elabora sus panes y empanadas siguiendo las recetas tradicionales de artesanos panaderos. Con nuestros procesos de elaboración y utilizando las mejores materias primas, hemos conseguido un producto de calidad diferenciada y excelentemente valorado por nuestros clientes.
Para mantener esta calidad y que el producto siempre esté fresco y en su punto, te recomendamos seguir estas sencillas, pero necesarias pautas.
Ahora más práctico que nunca, pudiendo hornear
directamente sin descongelar.
PASOS A SEGUIR
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PASOS A SEGUIR
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TEMPERATURAS DE CONSERVACIÓN PARA PAN -15ºC Y PARA EMPANADAS -18ºC
Recomendamos el uso de bandejas perforadas durante el horneado y su posterior reposo.
- ¡IDEA!: Para conseguir un resultado más óptimo prueba a darle la vuelta al pan en los últimos minutos de cocción.
Los alveolos son los “agujeros” que caracterizan la miga del pan; indican el nivel de esponjosidad y espesura de la misma y se originan cuando el aire queda atrapado entre las redes de gluten existentes en las harinas. El nivel de alveolado depende de varios factores: hidratación de la masa, tenacidad de la masa, prefermentación, formado y fermentación final.
Un pan con claro alveolado supone un producto más fácil de comer y ligero. Para conseguirlo, usamos harinas de la más alta calidad, harinas de trigo y espeltas con alto contenido proteico capaces de absorber esa cantidad de agua adicional presente en todas nuestras recetas.
Todo esto unido a mayores tiempos de reposo y un menor manipulado hacen posible el aspecto inconfundible de nuestra miga, marca de la casa; su sabor, su aroma y su textura determinan en gran medida la personalidad de nuestros panes, variando desde un alveolado grande y esponjoso como el de nuestras bollas hasta otro más tupido y uniforme presente por ejemplo en nuestra variedad de avena.
El agua es uno de los ingredientes indispensables en la elaboración del pan; su misión: activar las proteínas de la harina para que la masa adquiera textura blanda y moldeable.
Usando el llamado “porcentaje panadero”, procedimiento tradicional del sector para expresar la proporción de los ingredientes sobre el peso de la harina empleada, todos nuestros panes cuentan con niveles de hidratación por encima del 60%, lo que aporta mayor durabilidad al producto y una necesidad de levadura menor en nuestras recetas.
La textura de una masa con alto contenido de agua exige el uso de ingredientes de primera calidad, harinas con alto contenido proteico que faciliten el desarrollo del gluten. Todo este proceso requiere que el producto sea trabajado de forma tradicional adaptándonos a sus exigentes características.
Además, la calidad y composición del agua tan característica de nuestro entorno favorece la fermentación y aporta suavidad a nuestras masas.
Existen muchos tipos de levadura, pero en Sanbrandán usamos solamente levaduras frescas, naturales que usadas en la proporción adecuada y junto con nuestra propia masa, aportan al pan ese sabor clásico inconfundible.
Se trata de microorganismos vivos, hongos que ayudan a fermentar los hidratos de la harina y a producir burbujas de aire que después se traducen en un pan esponjoso y ligero, de fácil digestión y que además juega un papel importante en la coloración de la corteza.
Con valiosos micronutrientes, nos permiten elaborar panes de muy buena calidad nutricional.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que un exceso de levadura en la receta supondría menores niveles de reposo lo que produciría pérdidas sustanciales de aromas y sabores en el producto, por lo que cobra gran importancia añadir el nivel óptimo junto con tiempos largos de reposo que aporten personalidad a nuestras masas.
La cantidad necesaria de levadura no es fija, sino que varía según las condiciones ambientales. Por este motivo nuestros artesanos panaderos tienen que ir ajustando la mezcla para que nuestro pan siga teniendo las características propias del pan de siempre, del pan Sanbrandán.